el luto en las provincias del sur

El luto en las provincias del sur se ejecuta bajo la influencia de la minoría étnica Jemer, una de las principales diferencias con el norte, son los funerales.

En el norte la gente llora y se visita a los familiares del fallecido, en el sur, se celebra una gran fiesta para que el difunto pueda disfrutar por última de la alegría de la vida, donde una de las personas más allegadas enseña al muerto el camino hacia el cielo, se quema dinero falso para pagar un peaje en su trance hacia el cielo, se arrojan talismanes.

También se queman hojas pintadas de color rojo y amarillo, para indicar el camino de regreso para el difunto, se ilumina con antorchas de caña, paga (para que desde el cielo se reconozca al difunto) y plantas y sirva de ayuda al fallecido.

El procedimiento del luto es distinto dependiendo de si el fallecido es la madre o el padre:

En el caso del fallecimiento de la madre, el hijo varón deberá de caminar de espaldas a la puerta para salir de la casa antes que el ataúd y posterior en el coche fúnebre.
En el caso del fallecimiento del padre, el hijo varón caminará hacia delante hasta salir de la puerta de la casa y depositarlo en el coche fúnebre.
Se hace así para indicar que en el caso del fallecimiento de la madre el dolor es más sentimental. La madre nunca quiere irse de la casa pero el varón hará este movimiento en señal de respeto y en recuerdo de su madre.
Mientras que, cuando se produce el fallecimiento del padre, el varón necesitará de mayor visión de la vida, por eso caminará hacia delante.
La duración del luto son los mismos días cuando se trata del padre o de la madre.
El entierro físico se produce en consulta con los maestros mágicos que en una decisión conjunta deciden la fecha más adecuada. Por eso dependiendo de los días que se demore el proceso, se deberá de guardar el cadáver en casa durante meses incluso puede llegar la demora a meses.



Últimamente las autoridades recomiendan el plazo de 24 horas para efectuar el entierro, aunque por la tradición tan arraigada y una materia tan delicada se hace un poco la vista gorda.
Obligatoriamente se utiliza el hielo para la conservación de los cadáveres cuando debe de superar las 24 horas marcadas como tiempo máximo para la realización del entierro.

El día del entierro –si económicamente pueden- la familia hace una ofrenda a los emperadores del infierno. Para la apertura de la tumba se hace una ceremonia sencilla, se ofrece una gallina o un gallo capón, se tira al suelo y el animal marcará el punto exacto que decidirá donde se empezará la construcción de la tumba.

Al día siguiente, en ese mismo punto es donde se empezará a cavar la tumba del difunto.
Mientras se dilate el entierro, se coloca una bandeja con un tazón de arroz con los palillos del difundo, se hace este rito considerando que aún el difunto vive entre nosotros.

Pasado el entierro, durante los 100 días primeros, los hijos, llevarán la comida al difunto todos los días pues consideran que su alma aún no ha llegado al cielo.
Durante los primero 7 días se hacen sacrificios para agradecer a los vecinos y a la familia ya amigos, su colaboración y ayuda.
A los 30 días se hace la ceremonia principal parecido a un funeral de recuerdo.
A los 49 días se repite otra ceremonia ya no tan numerosa a modo de recordatorio.
a Los 100 días se hace otra ceremonia para celebrar que ya el difunto ha llegado al cielo, este es el tiempo mínimo para realizar este viaje.


El primer aniversario se llevaran a la tumba: frutas, verduras y también se quema dinero para que el difunto pueda llevar una vida digna en el nuevo emplazamiento. Al difunto se le pide también nos ayude en las cosas materiales que se necesitan en la tierra, por ejemplo: la casa, el amor y el dinero.

La diferencia con occidente es que para el luto se emplea el lazo blanco. El color blanco en para la sociedad vietnamita un signo del luto.

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